noches malditas

Noche 1

Se dice que cada ser vive una noche maldita en su vida, esta lo atormenta hasta consumirlo por completo, desgastándolo, confrontándolos consigo mismo, llevándolos a algunos al punto de reprimir dicha experiencia y fingir que nunca sucedió, muchos no soportan navegar por los contenidos de la noche, prefieren no descifrar dichos contenidos por el temor a perderse en ellos, pero que hay de los que se van adentrando mas y mas a las profundidades, aquellos que caminamos en la penumbra, pero que seguimos avanzando, y a medida que seguimos se nos develan increíbles misterios que jamás pudiesen ser comprendidos o aplicados en la realidad que vivimos a diario. Noche tras noche recorro diferentes escenas, noche tras noche siguen pasando sin siquiera amanecer, es un eterno regresar a ese maldito punto donde ya sabes que has estado allí, pero que no puedes liberarte de él, sabes que tienes que hacer, empiezas a descifrar enigmas, pero aun así te alejas de otra parte que no sabes donde estas, es cuestión de sentirlo. No es fácil adentrarse a una oscuridad infinita, a la experiencia vital, donde los demonios te guían a ciegas, y no queda otra opción sino dejarse llevar.

Sostuve aquel vaso de vidrio por más de una hora, el hielo se derretía velozmente como si me encontrase en las puertas del infierno, al parecer bebía una especie de liquido amargo, sin embargo no podía dejarlo, mi mente me jugaba trampas, figuras no sabía cómo ni porque había llegado a ese sitio, solo sé que al parecer ellos me conocían, sonreían y hablaban incoherencias, nada útil, nada importante, nada fuera de lo común, bailaban felizmente a mi alrededor invitándome a compartir tan estúpida danza, me volteé con desagrado y camine entre aquellos de aspecto desconocido, asquerosos mantenidos de la noche, tentando a las almas nobles para succionarles su esencia, pobres aquellos que cayeron sin ni siquiera saberlo, pero no es mi caso, soy consciente de aquellos entes malditos, por lo tanto no me afectan, cualquier cosa que haga, no es por manipulación externa, es aprobación de mi yo interno, la voz de mi sombra…

Sin embargo seguía sin entender el porqué de mi presencia en aquella escena desenfrenada, no podía dejar de observar y caminar con desagrado, pero no podía marcharme, a donde iría? Todo era tan extraño y ni siquiera recordaba de donde venia. Noté al poco tiempo que no caminaba sólo, alguien me observaba, me perseguía, no sabía quién era, pero entonces me oculte tras una columna de mármol gigante, era tan grande que hubiese podido ocultar un rinoceronte tras esta. Bordeé toda la base de aquella columna y así conseguí despistar a quien me seguía, me sumergí entre la multitud, me acerqué a una barra de piedra volcánica y desde allí observe con atención, era un ser bastante pequeño, no distinguía su rostro, parecía alguien mayor, caminaba empujando seres intentando encontrarme, entonces tome un abrigo que estaba en la barra, me lo puse y salí del lugar.

Afuera no era muy diferente, lo único realmente extraño era que al cruzar el umbral empezaba a sentirse un frio casi congelante, de echo recuerdo tener mi ojo izquierdo congelado, no pude enfocar en bastante tiempo, aun así, sin ningún apuro procedí a seguir explorando, algo tenía que hacerme recordar algo..!!! Seguí bebiendo de aquel líquido y de pronto como si activaran un suiche..Todo cambio de colores, infinitos patrones de luz irregular destellaban sobre mi cabeza, formas indefinidas e infinitas se apoderaban del lugar, figuras semihumanoides bailaban al ritmo de la muerte, tomaban sus manos y se unían unos a otros como pedazos de plastilina, moldeando formas inimaginables. Recuerdo haber ido al siguiente umbral cuando entonces alguien me tomo del abrigo, y me dice: es hora, y lo sabes… Me parecieron en el momento tan ciertas esas palabras que no pude negarme a seguirle, y entonces tome su mano la cual poco a poco fue consumiendo la mía entonces solo recordé su nombre: blu?,, sonrió y se marchó. Lo próximo que recuerdo es estar en un carruaje antiguo, halado por caballos pero sin jinete, poco a poco aumentaba su velocidad, hasta el punto que se creó un vacio en mi pecho y un sonido constante y agudo penetraba mis tímpanos, empezamos a girar y a girar hasta el punto que sentí nauseas, pero la presión no me dejaba hacer nada al respecto, hasta que nos detuvimos, arrodillado al suelo del carruaje note una marca en una puerta lateral , tallado en madera, un signo tan familiar que no pude reconocer a primera instancia, pero no me preocupo tanto y baje, al tocar suelo, noté manchas de sangre en mi traje, mire mi reflejo en los acabados dorados del carruaje y vi mis oídos, estaban reventados totalmente, aun así podía distinguir con dificultad algunos sonidos, como los del caminar de aquel hongo gigante de aspecto bonachón, que no dejaba de sonreír mientras dejaba que el viento moviese sus largas barbas, miró y me hizo un gesto para que lo siguiera, su rostro me inspiro tanta confianza que tuve que seguirlo entre el bosque…